Siempre que quiero escribir,
rondan en la noche las idéas,
se escapan ingenuas de mi corazón.
Siempre que quiero amar
solemnemente no puedo por que mis palabras
todas y todos los corazones emigran a las palabras.
A veces oscurecidas, timidas
en el renombre y pensamiento
cae una seria afirmacion ocular
desistir de no hacerlo
es imposible, como si se forzara el viento contra
si mismo.
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