En la avenida de los ciegos,
Los boleros sin cuerdas vocales
Golpean sus vidas.
Agitando el viento escondido,
En el cuerpo desnudo
De cien acordes joviales.
En el charco negro y blanco
Chapotea su sonrisa,
la bailarina nocturna vestida de alegría.
El humo condensado que resiste el frío,
sonoro se pierde con olor a ciudad gris.
El martillazo de mi corazón lanza un rugido de leones.
La chicha es buena compañera,
cuando las manos sudaron callos en piel obrera.
En la Avenida de los ciegos todo existe, menos la tristeza.
En la avenida de los ciegos el pueblo goza,
mientras los libros se queman en la hoguera
polvorienta del congreso de los sordos.
viernes, 19 de mayo de 2017
Sostuvo su mirada a través de una luz interesante.
Prófugo de su voluntad, recorrió la ausencia del violeta vivir.
Inefable sin camino propio, perteneció dos segundos en su guarida.
Sostuvo su luz cuanto pudo resistir,
se columpiaron las miradas en el extremo más recóndito del ser,
perenne beso.
Su voz penetrante latiendo claro, fino, seda.
Sostuvieron sus armas filosas al margen del destino.
Quien diría que la Luna mirando, me beso sin miedo.
Prófugo de su voluntad, recorrió la ausencia del violeta vivir.
Inefable sin camino propio, perteneció dos segundos en su guarida.
Sostuvo su luz cuanto pudo resistir,
se columpiaron las miradas en el extremo más recóndito del ser,
perenne beso.
Su voz penetrante latiendo claro, fino, seda.
Sostuvieron sus armas filosas al margen del destino.
Quien diría que la Luna mirando, me beso sin miedo.
La calle me habla callada con sus rumores,
su tronar de piedras viejas y golpeadas.
Con un reloj viejo muriendo sin segundos que habitar.
El eco misterioso amante, el halo de flores sin descubrir,
la calle me susurró su vida. Embriagada de domingos perpetuos,
y su risa no se esconde. La calle se viste del día anterior,
con las mismas pisadas, unas tímidas, otras sudando el trabajo,
y algunas quizás besándose sin darse cuenta. La calle me habla,
y yo escucho el Universo vibrar en rotación.
Pero ella me dice: bésame con las semillas del obrero,
que quiero alimentar a mis hijos. Era la Tierra roja, llamándome de nuevo.
su tronar de piedras viejas y golpeadas.
Con un reloj viejo muriendo sin segundos que habitar.
El eco misterioso amante, el halo de flores sin descubrir,
la calle me susurró su vida. Embriagada de domingos perpetuos,
y su risa no se esconde. La calle se viste del día anterior,
con las mismas pisadas, unas tímidas, otras sudando el trabajo,
y algunas quizás besándose sin darse cuenta. La calle me habla,
y yo escucho el Universo vibrar en rotación.
Pero ella me dice: bésame con las semillas del obrero,
que quiero alimentar a mis hijos. Era la Tierra roja, llamándome de nuevo.
lunes, 8 de mayo de 2017
No soy una maquina de hacer dinero.
estoy vivo en el vació existir
Pero se que mis palabras
vivirán a través de mis libros
mis pensamientos tocaran las personas,
sin tenerlas conmigo.
estoy vivo en el vació existir
Pero se que mis palabras
vivirán a través de mis libros
mis pensamientos tocaran las personas,
sin tenerlas conmigo.
No soy lo que muchos esperan,
soy lo que mis manos escriben
sangro palabras enardecidas de
voluntad en esencia.
soy lo que mis manos escriben
sangro palabras enardecidas de
voluntad en esencia.
No soy una maquina de pagar impuestos
existo gracias a poder mayor,
exhalando angustia
y por 24 horas regalo mis besos.
existo gracias a poder mayor,
exhalando angustia
y por 24 horas regalo mis besos.
No soy lo que tu esperas
Soy puro y nuclear
soy infinito y tenaz
las flores ríen conmigo
los arboles bailan.
Soy puro y nuclear
soy infinito y tenaz
las flores ríen conmigo
los arboles bailan.
El Sol
Tierra roja 0
Somos lo que somos estirpe,
raíz que nace desde el corazón.
Colisionamos como podemos.
Amamos sabiendo nada,
Sembramos sin ver crecer.
La coyuntura espera su inicio
Las luces comienzan en donde termina el ayer.
Lluvia senil
Nieve que duerme
Aire respirando etéreo
Nuestro jardín cósmico
Soy Alma, viva y roja por dentro
Con el color del polvo sufrido
Tierra roja; grita, que grita por su alma
Una que hierve en los ríos
Golpea las piedras
Testigos de esta tierra senil
Que muere conmigo
y vive de nuevo con mis lagrimas
lanzándose al rio de Piedras.
si..., esas piedras que besan
piedras que conocen las peripecias
de nuestras raíces,
nuestra estirpe naciendo aquí
entre mis manos y las tuyas.
Somos lo que somos
humanos y nada mas.
Una humanidad cansada,
Mis raíces están sembradas
donde la lucidez se cubre con tu Sol
y los hijos llaman a nacer.
Por que soy hijo de 112,492 km cuadrados.
Soy lo que soy; y moriré con mi tierra roja adentro.
raíz que nace desde el corazón.
Colisionamos como podemos.
Amamos sabiendo nada,
Sembramos sin ver crecer.
La coyuntura espera su inicio
Las luces comienzan en donde termina el ayer.
Lluvia senil
Nieve que duerme
Aire respirando etéreo
Nuestro jardín cósmico
Soy Alma, viva y roja por dentro
Con el color del polvo sufrido
Tierra roja; grita, que grita por su alma
Una que hierve en los ríos
Golpea las piedras
Testigos de esta tierra senil
Que muere conmigo
y vive de nuevo con mis lagrimas
lanzándose al rio de Piedras.
si..., esas piedras que besan
piedras que conocen las peripecias
de nuestras raíces,
nuestra estirpe naciendo aquí
entre mis manos y las tuyas.
Somos lo que somos
humanos y nada mas.
Una humanidad cansada,
Mis raíces están sembradas
donde la lucidez se cubre con tu Sol
y los hijos llaman a nacer.
Por que soy hijo de 112,492 km cuadrados.
Soy lo que soy; y moriré con mi tierra roja adentro.
Te deslizas entre arenas
Entre arrullos de Sol bravio
La soledad reina entre vibraciones secas. Un mar de piel olas centrífugas de tormenta virgen. Conoces la noche fría El viento se acobija suelto entre la lumbre que tirita, luciérnagas en el cielo. Un óleo que me atestigua.
Reyes son los escorpiones
Guardianes de este páramo.
¿Quieres escuchar el silencio?
Donde las colinas curvan. Y tus pasos mueren contigo.
Entre el tiempo pasado y los vestigios del blanco morir.
Mides tu alma
Y esta donde termina, se encuentra y descansa.
En este cementerio
Donde la quietud canta
Y escuchas con tus ojos la humanidad descansar.
Entre arrullos de Sol bravio
La soledad reina entre vibraciones secas. Un mar de piel olas centrífugas de tormenta virgen. Conoces la noche fría El viento se acobija suelto entre la lumbre que tirita, luciérnagas en el cielo. Un óleo que me atestigua.
Reyes son los escorpiones
Guardianes de este páramo.
¿Quieres escuchar el silencio?
Donde las colinas curvan. Y tus pasos mueren contigo.
Entre el tiempo pasado y los vestigios del blanco morir.
Mides tu alma
Y esta donde termina, se encuentra y descansa.
En este cementerio
Donde la quietud canta
Y escuchas con tus ojos la humanidad descansar.
Tierra roja
La costra de un pueblo entero,
lágrimas sucias acobijadas sin respiro.
Un óleo distinto no escrito en los libros de nuestras manos.
Un cobre brilla en tus ojos,
una luz a pagándose entre tanta costra
que restringe la libertad en un rato pardo.
Se lucieron deserticas las lágrimas,
y el término medio entre sufriendo y
sobrevivir un desgaste íntegro.
La costra se siente pesada
como si fuera a permanecer la tristeza
entre estas lágrimas mías,
tanto tuyas.
Por que cuando se añora libertad,
se llora con la tierra
y la costra de años llorando entre tanto epitafio lagrimal.
El borde de sus curvas
El tiempo rozando las sombras
El mar besando perpetuo
Las nubes transpirando respiros nublares
El rocío cantando cristalino
La cigarra ejecutando una rima existencial perpetua
La vida siendo siempre un beso sin prisa
El lago diciendo quietud que por dentro estoy vivo
El amor siendo vida en un sencillo respiro apabullante
Las piedras hablando su idioma elocuente
La bruma de mi alma, que existe simple y nómada,
siente a la tierra respirar entre un pulso
y el beso etéreo de mi sangre que fulgurante
se diluye para vivir respirando mis ojos en esta tierna epifanía.
El tiempo rozando las sombras
El mar besando perpetuo
Las nubes transpirando respiros nublares
El rocío cantando cristalino
La cigarra ejecutando una rima existencial perpetua
La vida siendo siempre un beso sin prisa
El lago diciendo quietud que por dentro estoy vivo
El amor siendo vida en un sencillo respiro apabullante
Las piedras hablando su idioma elocuente
La bruma de mi alma, que existe simple y nómada,
siente a la tierra respirar entre un pulso
y el beso etéreo de mi sangre que fulgurante
se diluye para vivir respirando mis ojos en esta tierna epifanía.
Se avecina el silencio
El eco escucha atento
quien descubre la vana palabra del beso.
Se escuchan los sentimientos
paseando cerca del bosque,
están vagando entre sus labios quietos
El silencio hace el soplo mágico
y las forestas contestan con el aire.
El silencio recibe el pensamiento nítido
El beso vaga buscando un aroma
El eco repite su melodía,
gritando su nombre tres veces, tres besos.
Y la soledad se siente bien,
entre besos repitiendo un beso con el aire limpio,
y el soplo mágico del silencio que llega a tiempo,
con el aroma de un nombre.
Que viaja escuchando el eco consciente de esa palabra.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)