viernes, 19 de mayo de 2017

Sostuvo su mirada a través de una luz interesante. 
Prófugo de su voluntad, recorrió la ausencia del violeta vivir.
 Inefable sin camino propio, perteneció dos segundos en su guarida. 
Sostuvo su luz cuanto pudo resistir, 
se columpiaron las miradas en el extremo más recóndito del ser,
perenne beso. 

Su voz penetrante latiendo claro, fino, seda. 
Sostuvieron sus armas filosas al margen del destino. 
Quien diría que la Luna mirando, me beso sin miedo.

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