El borde de sus curvas
El tiempo rozando las sombras
El mar besando perpetuo
Las nubes transpirando respiros nublares
El rocío cantando cristalino
La cigarra ejecutando una rima existencial perpetua
La vida siendo siempre un beso sin prisa
El lago diciendo quietud que por dentro estoy vivo
El amor siendo vida en un sencillo respiro apabullante
Las piedras hablando su idioma elocuente
La bruma de mi alma, que existe simple y nómada,
siente a la tierra respirar entre un pulso
y el beso etéreo de mi sangre que fulgurante
se diluye para vivir respirando mis ojos en esta tierna epifanía.
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